El perfil bajo que cultivó Santiago Caputo en la campaña se esfumó con sus apariciones en la explanada de la Rosada con el cigarrillo apagado en la boca.
En el Gobierno ya dicen que maneja el Grupo Marlboro, que tiene ramificaciones en las principales áreas del Ejecutivo. Está amparado en la confianza de Javier Milei, que lo bautizó como el «arquitecto» de su triunfo en las elecciones, cuando todavía no circulaba una sola foto de él en las redes.
Como explicó LPO, el sobrino de «Nicky» Caputo empezó a concentrar espacios de poder y de manejo de fondos.
Parte del embutido que representa el nuevo gobierno está formado por ex funcionarios del macrismo, que ya ven en Caputo reminiscencias de Marcos Peña, el funcionario más poderoso de todo el gobierno de Macri. Ambos trabajaron con Jaime Durán Barba y tienen una concepción similar del manejo del poder.
Peña tenía gente leal en todos los ministerios, a veces a costa de los propios ministros. Eso le servía para tener un control sin filtro en todo el organigrama.
Caputo aprendió de esa escuela y comenzó a reclutar gente para poblar oficinas. El encargado de reclutamiento es Tomás Vidal, que entrevista candidatos y les pide una sola cosa: lealtad a Santiago.
Como un calco de lo que sucedía en el macrismo, la red de Caputo ya sorprendió a los nuevos ministros que se desayunaron con la intervención.
Uno de ellos fue Mariano Cúneo Libarona, que pese a que está acostumbrado a hablar directamente con los medios, ahora deberá hacerlo por interpósita persona. Al ministro de Justicia le acercaron a la socia de Ignacio Viale, Lala González Villanueva, para que lo ayude con la comunicación.
Derek Hampton, estratega de Patricia Bullrich en la campaña, está cerca de recalar en la gerencia de Comunicación de Anses, dirigida por el cordobés Osvaldo Giordano.
Pero la distinción con Peña, que alardeaba de manejar una Suran vieja, es la que acerca a Caputo a perfiles como el de Antonito de la Rúa. Como sucede ahora con el sobrino de Nicky, el líder del Grupo Sushi no tenía ningún cargo en el gobierno de su padre, sin embargo era a tal punto clave en la Alianza que le escribió el discurso al presidente para decretar el estado de sitio que desembocó en su renuncia.
Caputo, que casualmente en su entorno tiene gente que formó parte del Grupo Sushi, tiene como Antonito un interés «expansivo». Por eso busca quedarse con tesoros alejados de las luces de la política como Nación Seguros, la aseguradora más extensa del país
El líder del Grupo Marlboro ya se había quedado con el control de Medios, adonde colocó como secretaria a Belén Stettler y como jefe de gabinete de ese sector a Roberto «Mono» di Lorenzo, ex mano derecha de Matías Tombolini en Comercio.
Caputo también ubicó en un puesto clave de YPF a Guillermo Garat, que integra su círculo de confianza y como él se formó en el negocio de las campañas políticas con Durán Barba. Garat manejará el área de Comunicación y Marketing de YPF, una caja multimillonaria.