Javier Milei salió a agitar nuevamente el fantasma de la hiperinflación y aseguró que Argentina está «viajando al 3678 por ciento anual», algo que ya había alertado previamente su vocero Manuel Adorni, con lo que se presume es una estrategia oficial.
«Hoy mi máxima prioridad es terminar con la hiperinflación. La inflación en Argentina viaja al 1% diario, eso quiere decir que está viajando al 3.678 anual», alertó el presidente en un vivo de Instagram. «Estamos totalmente abocados a evitar la hiperinflación. De ahí que hicimos un programa hiper ortodoxo con un fuerte ajuste fiscal, para llevar el déficit financiero a cero», agregó.
Más temprano, tras la reunión de gabinete, el vocero Adorni dijo que «hablar de 15 mil por ciento de inflación es aterrador (…) pero es bueno entender que hoy la inflación corre al 3678% anual, este 1% de inflación diaria nos deja inmersos en una hiperinflación».
Los dichos de Milei y Adorni evidencian una estrategia del Gobierno para poner en el centro del debate el tema de la hiperinflación, justo en la semana de la feroz llamarada inflacionaria que generó la devaluación de Caputo y que se suma al reacomodamiento de precios posterior al ballotage.
Para los economistas se trata de una jugada muy arriesgada de Milei la de «llamar» a la hiper, aunque no desconocen el peligro real que atraviesa la economía argentina. Creen que hay una apuesta a justificar los efectos de la devaluación o en el caso de que se produzca un salto grande haya una licuación de gastos.
«Me parece que hablar tanto de hiperinflación es llamarla», advierte a LPO Martín Burgos, economista del Centro Cultural de la Cooperación, que agrega que la jugada se parece a «un experimento».
«Hablar de números descabellados como si siguiera en campaña es mala estrategia, salvo que el gobierno piense que la hiperinflación es funcional a su estrategia de posterior plan de estabilización, llámese dolarización o convertibilidad», agrega Burgos.
Por su parte, Hernán Letcher estima que «es un discurso orientado a justificar la inevitabilidad de los efectos derivados de las políticas que está aplicando Milei». «Me refiero a que cuando tengas 30 por ciento de inflación en enero, digas ‘gracias Milei porque no es tanto, podría ser peor y me estás salvando de 15 mil por ciento’. Me parece que tiene más de discurso político», señala a LPO el economista del CEPA.
Para Letcher, Milei «pretende justificar las políticas que ha implementado porque una cosa es que uno piense en ordenar las variables macro -que por cierto es debatible en qué nivel, cómo, cuáles- y otra es que impulses una devaluación que te lleve el tipo de cambio de 360 a 800 y que a la par de eso quites subsidios y desregules toda la economía». El economista pone el ejemplo del trigo, que se finalizó el fideicomiso y eliminaron los cupos para exportar.
LPO también consultó a Federico Zirulnik, economista del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), sobre si tirar esos números en medio de un pico inflacionario y la falta de medidas para frenarlo puede tratarse de una estrategia para licuar gastos.
«Sí, da esa sensación. Las distintas menciones que se vienen haciendo acerca de la inflación y lo cerca que está la hiper, sumado a las medidas que se están tomando que muchas de ellas son inflacionarias, todo da a entender que se está buscando que suba mucho la inflación, veremos si al nivel de una hiper o no», señala Zirulnik. «Justamente para licuar los pasivos remunerados del Banco Central y que la aplicación del ajuste del gasto sea más fácil porque al prorrogar el presupuesto de 2023 a 2024, con más inflación es más fácil ir licuando gastos porque queda mucho a discreción», completa.