La Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) alertó sobre el alto riesgo de cierres prolongados de plantas para mantenimiento. Este panorama se desarrolla en un contexto de incertidumbre económica. El reciente impulso generado por la implementación del último “dólar exportador” ofreció cierto alivio a la industria aceitera, mejoró tanto los márgenes brutos como las perspectivas de exportación de poroto de soja. La capacidad ociosa de la industria aceitera se mantiene en el 67%.
En respuesta a la compleja situación, la industria aceitera se benefició de la posibilidad de liquidar el 50% de las exportaciones a tipo de cambio oficial, combinado con el restante 50% al tipo de cambio contado con liquidación (CCL).
Este enfoque contribuyó a mejorar el margen bruto teórico para la exportación y la industria de soja alcanzó niveles máximos en el último año, según datos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En este contexto, noviembre marcó un significativo crecimiento en las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) para el maíz de la campaña 2023/24, lo que llevó a la Secretaría de Bioeconomía a tomar medidas de cierre en los registros de exportación. Esta dinámica, impulsada por la combinación de factores internos y externos, llevó a la industria a un periodo de incertidumbre en el cierre del año.
Aunque la relación de precios favoreció relativamente más a la exportación de poroto sin procesar que a la industria, las repercusiones de esta dinámica en el futuro de la industria aceitera generaron interrogantes sobre cómo afrontará los desafíos venideros y qué estrategias adoptará para mantener su competitividad en el mercado internacional.
A pesar de los indicadores más favorables, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) señaló que la operatoria física de granos evidenció un escaso volumen de ofertas, reflejando la cautela del mercado ante la implementación de nuevas medidas económicas.
En ese sentido, las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) del maíz para la campaña 2023/24 experimentaron un incremento durante el mes de noviembre, acumulando un total de 8,6 millones de toneladas. Este repunte en las exportaciones de maíz fue un factor relevante en medio de un escenario económico y comercial que sigue siendo desafiante para la industria agroalimentaria.
Según datos de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC), la molienda en el polo de crushing entre enero y octubre acumuló 23,3 millones de toneladas, siendo el menor volumen para dicho periodo en los últimos doce años. Ante esta situación, la posibilidad de cierres temporales de plantas, adelanto de vacaciones y una disminución en la actividad industrial se vislumbra como un escenario plausible en el final del año.