El juez nacional en lo Criminal y Correccional 16, Mariano Iturralde, dictó el procesamiento con prisión preventiva para Esteban Rojas Almada (45), quien tuvo pedido de captura internacional con alerta roja de Interpol y por quien se llegó a ofrecer una recompensa de hasta 5 millones de pesos hasta que en julio fue localizado y detenido en su país natal.
Rojas Almada seguirá preso e imputado por los delitos de “homicidio agravado por el vínculo, por su comisión por parte de un hombre contra una mujer mediando violencia de género y mediante el empleo de un arma de fuego, en concurso real con la figura de portación de arma de guerra sin la debida autorización legal, agravada por registrar el encartado un antecedente penal por un delito doloso contra las personas y con el uso de armas”.
En su resolución –a la que accedió Télam-, el juez opinó que este crimen debe ser considerado “típicamente un femicidio, pues basta verificar una relación de dominio y desigualdad que establece el hombre en la pareja en detrimento de la mujer, lo que este Tribunal considera, se ha dado en el caso, siendo el punto cúlmine de dicho sometimiento y cosificación, el dar muerte a la pareja a consecuencia de un episodio de celopatía, dando un claro mensaje de ‘si no es mía, no será de nadie’”.
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Además, el magistrado trabó un embargo sobre los bienes del imputado por $100 millones y ordenó que sea sometido al “examen mental” obligatorio para los acusados de delitos graves como éste, que se pena con prisión perpetua.
En otro punto resolutivo, Iturralde dispuso la extracción “compulsiva” de muestras para obtener el ADN de Rojas Almada y que sea cotejado con una mancha de sangre -identificada como “indicio 5” en la causa- levantada del borde de la ducha del baño en la escena del crimen y que, según las pericias, contienen tres perfiles genéticos mezclados: el de la víctima y el de dos aportantes anónimos.
Al momento de justificar la prisión preventiva, Iturralde recordó que existe riesgo de fuga porque el acusado “se mantuvo prófugo de la justicia durante cinco meses” y que también “no puede descartarse la posibilidad de que el nombrado, de ser liberado, incurra en otros actos de entorpecimiento de la investigación y ejerza presión y/o tome represalias” contra la familia de Ayala que actúa como querellante.
El hermano de Rojas Almada pudo alterar la escena del crimen
En otro punto de la resolución, el juez destacó que a partir de diferentes testimonios aportados por las hermanas de la víctima y de las imágenes de las cámaras de seguridad, se detectó que unas horas después del crimen una tercera persona (que sería un hermano del imputado) llegó y se retiró del lugar del hecho “llevando consigo una bolsa de residuos»; por lo que «no puede descartarse que hubiese habido una alteración de la escena del crimen o sustracción de evidencia de interés”.
“Ha surgido la posible comisión de otras conductas delictivas conexas por parte de quien sería el hermano del imputado, Víctor Rojas, apodado «El Flaco», quien podría haber ejercido presión sobre testigos mediante amenazas, como así también alterado la escena del crimen”, señaló Iturralde.
Ante ello, corrió vista el fiscal de la causa, Pablo Recchini, para que analice la posibilidad de imputarlo por otros delitos que, según fuentes judiciales consultadas por Télam, podrían ser “amenazas” y “alteración de medios de prueba”, ya que la figura del “encubrimiento”, al tratarse del hermano, no se le puede imputar.
El femicidio de Ferni Ayala
Al describir el hecho, el juez dio por acreditado que Rojas Almada asesinó a su novia Ferni Cristina Ayala Palacios (28) entre las 7.44 y las 9.15 del 19 de febrero último, en el interior de la vivienda donde la pareja convivía, en la manzana 18, casa 187, 1er. piso del barrio de 21-24 Zavaleta, en Barracas.
La imputación señala que ello ocurrió «mediante el empleo de un arma de fuego calibre 9 milímetros posicionada, presumiblemente, a una distancia estimada de entre 5 y 15 centímetros del cuerpo de la víctima al momento de la detonación que provocó que un proyectil de dicho calibre impactara en el torso de aquella, con trayectoria de adelante hacia atrás, de abajo hacia arriba y ligeramente de izquierda hacia la derecha, ocasionándole su deceso».
También señaló que «la damnificada habría intentado repeler una agresión física por parte del encartado, produciéndose en ella lesiones en manos, muñecas, antebrazos, brazos, cabeza, cuello y miembros inferiores como consecuencia de dicho accionar».
El procesamiento revela que el prestamista paraguayo tiene como antecedente una condena de 2013 en Capital Federal a 4 años de prisión por “lesiones graves” por haber efectuado al menos diez disparos con una pistola a un hombre, por la espalda, mientras caminaba por la calle junto a una mujer y un menor de edad, que terminó herido en un muslo, una pierna y el abdomen.
Como el cadáver de Ayala se descubrió casi 24 horas después del crimen, Rojas Almada tuvo tiempo de escapar y se transformó en uno de los prófugos más buscados por la justicia argentina, hasta que a partir de datos aportados por el Departamento Inteligencia Contra el Crimen Organizado de la Policía Federal a Interpol Paraguay sobre líneas telefónicas, perfiles de redes sociales y vehículos, el fugitivo pudo ser detenido el 11 de julio último en la ciudad paraguaya de Mariano Roque Alonso, el 25 de noviembre llegó extraditado desde Asunción y, tras negarse a declarar, ahora quedó procesado.