El fallo
El tribunal integrado por José Quiroga Uriburu, Mario Martínez y José Asís falló por unanimidad al considerar los hechos delitos de lesa humanidad y por lo tanto imprescriptibles. Britos fue condenado por homicidio calificado, privación ilegítima de la libertad, allanamiento, imposición de tormentos agravados, violación calificada con el concurso de dos o más personas en grado de tentativa, asociación ilícita y abuso deshonesto agravado cometido por un encargado de su guarda.
El tribunal hizo lugar además al pedido de ampliación de acusación solicitado por el Ministerio Público Fiscal, con adhesión de las querellas, respecto de los hechos que damnificaron, entre otras víctimas, a la esposa y tres hijas de Pedernera. En cuanto a la condena como autor mediato de homicidio calificado por alevosía y por el número de partícipes en perjuicio de Pedernera, el TOF decidió no tomar en consideración el pedido de agravante por odio religioso efectuado por las querellas.
Tampoco hizo lugar a los planteos del abogado defensor, José Nicolás Chumbita, en lo relativo a la solicitud de nulidad de la extradición de Britos. El tribunal ordenó diferir la modalidad de ejecución de la pena hasta que quede firme la sentencia y se pronuncie el cuerpo médico forense de la Corte Suprema respecto del estado de salud actual de Britos, para el cumplimiento de la condena en una unidad del Servicio Penitenciario Federal.
Para ello, los magistrados solicitaron con carácter de «urgente» la realización de una junta médica integral e informaron que la lectura de los fundamentos de la sentencia se hará el 12 de marzo próximo.El TOF admitió el pedido de destitución de Britos como oficial retirado de Gendarmería Nacional efectuado por el Ministerio Público Fiscal para que, una vez firme la sentencia, se remita copia de los fundamentos al Ministerio de Seguridad de la Nación para tal fin.
En sus últimas palabras antes del fallo, Britos ratificó sus declaraciones anteriores y avaló «lo actuado y lo dicho por su abogado defensor» en el juicio. Durante toda la lectura de la sentencia se lo vio hacer gestos de desaprobación y de negación con la cabeza.
Las reacciones por la sentencia
En tanto, los presentes en la sala y quienes esperaban en la calle frente al TOF de La Rioja vivieron la jornada con «mucha expectativa y emoción». Según informó en un comunicado la Diócesis de La Rioja -querellante en la causa- se encontraban la esposa, hijas y familiares de Pedernera, varias de las víctimas con sus familiares, el obispo de La Rioja, monseñor Dante Braida; sacerdotes, miembros de las Secretarías Provincial y Nacional de Derechos Humanos, medios de prensa y público en general. Al conocerse el fallo el público reaccionó con aplausos y vivas hacia Pedernera y las víctimas del terrorismo de Estado.
«Hoy se saldó una deuda con la sociedad riojana y argentina. Se hizo justicia con tantos que trabajaron y entregaron lo mejor de sí para construir una patria mejor», afirmó el obispo. Para Braida «se hizo justicia por Wenceslao» a quien consideró un «hombre de bien que supo jugarse por sus ideales, por su familia y por la justicia social».
«Se hizo justicia por un hombre de Dios y de la Iglesia que supo vivir la dimensión social de la fe hasta dar la vida», sintetizó.
Susana Pedernera, una de las hijas, manifestó a Télam el «alivio» que sintió la familia al poder declarar durante el juicio: «Nos sacamos muy de adentro todo, nos ayudó a estar más aliviadas».
También destacó la fortaleza de su madre de 83 años, quien «nunca decayó, siempre luchó y sigue luchando». Luego de 47 años de espera, la familia Pedernera se alegró de «tener un veredicto justo», y, afirmó Susana, «siguen adelante» con las palabras de su padre «de perdonar y no odiar».
Quién es el acusado
El exoficial de Inteligencia de la Gendarmería lideró el Escuadrón 24 «Chilecito» de La Rioja y fue jefe del Instituto de Rehabilitación Social (IRS) -una cárcel que funcionó como centro clandestino de detención- durante la última dictadura. En la etapa de alegatos, la fiscal federal María Miguel Carmona y los abogados querellantes resaltaron que en La Rioja hubo un plan sistemático represivo «con el agravante de que uno de los objetivos fue la Pastoral de monseñor (Enrique) Angelelli», calificada como «subversiva al querer cumplir con los decretos del Concilio Vaticano II y desarrollar su misión evangelizadora».
«La persecución, tortura y asesinato de diferentes personas en La Rioja tuvo la particularidad de centrarse con encono en la figura del obispo Angelelli y las personas relacionadas con él», alegó Carmona, y repasó los testimonios que dieron cuenta del «clima de persecución constante» que se vivía en La Rioja. Gran parte de los más de 60 testigos que declararon coincidieron en señalar «cómo cambió el trató» dentro del IRS -lugar donde se encontraban ilegalmente detenidos- cuando tras el golpe militar Britos estuvo a cargo.
«Las torturas significaban bajar al infierno pero dominado por hombres con abuso de poder. Torturaban perversamente sin distinción de género ni edades y sin considerar el valor de la vida y el destino supremo de los detenidos», señaló la fiscal. Sobre el asesinato de Pedernera, cometido el 25 de julio de 1976 en su domicilio, donde el colaborador de Angelelli fue acribillado por un grupo de tareas frente a su mujer y tres pequeñas hijas, la fiscal y las querellas dijeron que fue un eslabón más en la «cadena de hechos violentos» contra la obra del Obispado.
El exgendarme pasó dos años prófugo de la justicia argentina hasta que fue extraditado desde Paraguay en 2011. En 2013 fue condenado a 15 años de prisión por imposición de tormentos contra seis presas y presos políticos.
Angelelli y Pedernera junto a los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longeville -los cuatro asesinados en menos de un mes en La Rioja durante el terrorismo de Estado- fueron declarados mártires beatos por la Iglesia Católica.
VÍCTIMAS Y VERDUGOS
El exgendarme Eduardo Britos pasó dos años prófugo de la Justicia argentina hasta que fue extraditado desde Paraguay en 2011 para ser juzgado.
En 2013 fue condenado por delitos de lesa humanidad a 15 años de prisión como responsable del delito de imposición de tormentos contra seis presas y presos políticos.
Angelelli y Pedernera junto a los sacerdotes Carlos Murias y Gabriel Longeville -los cuatro asesinados en menos de un mes en La Rioja durante el terrorismo de Estado- fueron declarados mártires beatos por la Iglesia Católica.