En medio de la vorágine protocolar que inició el domingo a la mañana con el traspaso de mando y terminó por la noche en el Teatro Colón, el presidente Javier Milei se hizo tiempo para poner la rúbrica a 13 normas que bocetaron el esquema de poder con el que empezará a gobernar. Fue una vorágine regulatoria prolija y cuidada que estaba preparada al detalle.
De ese nuevo detalle se desprende que el Jefe de Gabinete, Nicolás Posse, será algo más que el mandamás de todos los ministros. En su área quedó una función sensible: será el hombre clave en el mundo de las empresas públicas, uno de los renglones en los que el anunciado ajuste se detendrá.
Como se dijo, Milei fue prolijo al extremo. Con todos los ministros de Alberto Fernández renunciados, el Presidente empezó por nombrar a los responsables de las carteras existentes. No necesitaba más que un decreto para formalizar al Jefe de Gabinete y a los ministros del Interior, de Relaciones Exteriores, de Defensa, de Economía, de Seguridad y de Salud. Con el decreto 1 formalizó a Posse, y hasta el 7, respectivamente, a Guillermo Francos, Diana Mondino, Luis Petri, Luis Caputo, Patricia Bullrich y Mario Russo. Todas eran dependencias existentes pero, claro, vacantes.
Con el decreto 8 modificó la ley de ministerios para bajar el número de 18 a 9 más tres secretarías con rango de cartera. Con el 9, finalmente, nombró al ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona -lo podría haber designado con la anterior tanda porque la cartera ya existía- y con el 10 y el 11 puso en funciones a Guillermo Ferraro (Infraestructura) y Sandra Pettovello (Capital Humano), sus dos creaciones en el organigrama.
Ahora bien, faltaba la pieza clave: Karina Milei. Para eso era necesario remover el impedimento que habría dictado Mauricio Macri para designar parientes en el Estado. El flamante decreto 12 limpió de un plumazo aquella norma. La fórmula que utilizó fue la siguiente: dejó vigente la imposibilidad de que un funcionario nombre a una persona “que tenga algún vínculo de parentesco tanto en línea recta como en línea colateral hasta el segundo grado, incluido cónyuge y unión convivencial” bajo el régimen de empleado público pero nada dijo sobre la posibilidad de que se la coloque como funcionario. Como todo lo que no está prohibido está permitido, pues es posible hacerlo funcionario, no dependiente del Estado.
De esta manera, rubricó el decreto 13 mediante el que su hermana, Karina Milei, se convirtió en Secretaria General de la Presidencia.
Sin embargo, la ley de ministerio esconde algunos datos que, si bien son el boceto de las funciones, dejan traslucir dónde estará la prioridad de Milei. La Jefatura de Gabinete, se sabe, es quien ejerce de número uno de sus colegas. Pero a poco de que esté firmado, llamó la atención una de las funciones que el Presidente le entregó al cargo que detenta Posse.
De acuerdo a la norma fundacional del gobierno de Milei, el Jefe de Gabinete deberá “intervenir en los planes de acción y los presupuestos de las sociedades del Estado, entidades autárquicas, organismos descentralizados o desconcentrados y cuentas y fondos especiales, cualquiera sea su denominación o naturaleza jurídica en su área; así como en su intervención, liquidación, cierre, privatización, fusión, disolución o centralización”, dice la norma.
La concentración de facultades en el cargo que ahora detenta Nicolás Posse no admite ninguna discusión. De hecho el Ministro de Economía, en el compendio de funciones, también tiene un párrafo similar donde enumera tareas como liquidación, cierre, privatización, fusión, disolución o centralización de estas empresas. Solo que al final tiene un agregado: “Conforme las pautas que decida el Jefe de Gabinete de Ministros”. Dicho de otra forma: Caputo podrá ejecutar las órdenes que imparta Posse, pero no emitirlas.
De hecho, Ferraro, que tiene a su cargo varias de las empresas que podrían estar en la mira del ajuste, con Aerolíneas, Ferrocarriles Argentinos o Corredores Viales, no tiene en su larga lista de facultades ninguna que le entregue atribuciones como para definir el destino de alguna de ellas. Apenas administrar y cumplir las órdenes del Jefe de Gabinete.
El poderoso Jefe de Gabinete podrá, además, designar a los directores “que actuarán en representación del estado nacional en las empresas y sociedades actuantes en la órbita de los Ministerios y Secretarías que conforman la Administración Pública Nacional”. Además, le encomienda generar en un sistema de información que permita “el seguimiento del desempeño de las empresas y sociedades actuantes en la órbita de los ministerios y secretarías”.
Por si quedan dudas, Posse deberá “establecer los lineamientos e impartir las directivas y recomendaciones a las que deberán ajustar su actuación los titulares de las dependencias del estado nacional que posean bajo su ámbito la titularidad del ejercicio de los derechos societarios en las empresas, sociedades del Estado”, además de “entender en la administración, coordinación y ejecución de las políticas y acciones que hacen al ejercicio de los derechos societarios correspondientes a las participaciones accionarias pertenecientes al estado nacional en las empresas de su ámbito”.
El destino de los ministerios que ya no están
De acuerdo al diagrama que diseñó el Presidente, lo que fue el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación pasará con sus crédito y su plantel a la órbita de la poderosa Jefatura de Gabinete, al igual que la Secretaría de Asuntos Estratégicos.
El viejo Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el de Turismo y Deportes ahora serán absorbido por el Ministerio del Interior y los ya desaparecidos Transporte, Obras Públicas y Hábitat y Desarrollo Territorial, ya son secretarías del de Infraestructura que maneja Ferraro. Sandra Pettovello, titular de Capital Humano, absorberá Seguridad Social, Educación, Cultura, Trabajo y el Ministerio de las Mujeres, Género y Diversidad.
De a poco, la impronta de Milei se deja entrever. Y por esa mirilla asoma una pieza clave: Nicolás Posse, el hombre que habrá que seguir de cerca para entender los pasos del libertario.