Javier Milei tuvo este domingo un paso rápido por el Congreso, donde juró como el nuevo presidente. En apenas un cuarto de hora, cumplió con el trámite protocolar, evitó hablar frente a los diputados y senadores y abandonó el recinto de Diputados para dirigirse la explanada y dar su discurso ante la gente que lo esperaba en la plaza y en la calle.
A su espalda quedó el parlamento y los legisladores, donde el gesto no cayó de la mejor manera, y donde crece la incertidumbre por la “ley ómnibus” que el nuevo Gobierno enviaría -estiman- en los próximos días y la expectativa por cómo será la relación de la nueva gestión con el Poder Legislativo.
En su discurso, el nuevo Jefe de Estado no dejó ninguna duda de qué herencia recibe del gobierno saliente, ni se guardó ninguna advertencia de que desde este lunes encarará un fuerte ajuste. Pero no amplió detalles del paquete de reformas que, necesariamente, deberá pasar por el Congreso. En La Libertad Avanza dejaron trascender que el envío podría demorarse y no será en las primeras horas del gobierno.
En todos los espacios -incluso en aquellos más predispuestos a colaborar con la nueva gestión- daban por hecho que las reformas supondrán un “debate largo, trabajoso e intenso” durante todo el verano, y se descontaba que el mandatario llamaría a sesiones extraordinarias para que el Congreso funcione hasta marzo.
“Primero tienen que saber qué van a mandar, para saber qué comisiones se integran, y hay que definir como se componen esas comisiones, cosa que no va a ser fácil. Hasta que no hable (Luis) Caputo, no vamos a saber las medidas específicas que van a tomar, y hasta que no manden los proyectos no vamos a saber qué quieren hacer exactamente. Ellos no parecían mostrar mucha consciencia de los tiempos que puede llevar aprobar algo y menos de la magnitud que querrían mandar. Es lógico que lo quieran masticar un poco más”, dijo a TN un diputado de Unión por la Patria.
Milei no tenía obligación de dar un discurso ante la Asamblea Legislativa, que reúne a senadores y diputados, pero es una tradición, en un sitio en el que las tradiciones políticas suelen tener todavía algo de peso. En el recinto de la Cámara Baja se informó que los legisladores podrían escuchar el discurso del nuevo presidente en sus bancas. Pasado unos minutos solo quedaron los miembros del espacio libertario.
“La señal es obvia: de espaldas a la política y a la casta, de frente al pueblo. Estratégicamente, es lógica, pero no es lo mejor: vas a tener que ir a buscar los votos al Congreso, nosotros no vamos a sacarle el respaldo por algo así, lo vamos a acompañar, probablemente todos lo hagan al principio. Pero con los números como están, que le moleste a tres tipos es suficiente y peor si es el anticipo de algo sobre su relación con el Congreso. Podría haber hablado 2 minutos ante la asamblea y salir lo más bien”, opinó un importante referente del ala dura del PRO en el Congreso.
El mismo mensaje de molestia enviaron desde el resto de lo que hasta ahora era Juntos por el Cambio, la Unión Cívica Radical, el flamante Cambia Federal -alineado con los gobernadores opositores- y la Coalición Cívica, que empezaron a trabajar en tandem y juntos representan 50 diputados, casi la mitad de los votos que La Libertad Avanza deberá salir a buscar en la Cámara Baja para avanzar con los proyectos que decida tratar.
En el espacio opositor prometieron colaborar y dar gobernabilidad desde el comienzo, pero no aceptar cualquier iniciativa irreflexivamente, recordaron que la ciudadanía manda a través de representantes, que en ningún lugar eso es más claro que en el Congreso y la relación el Congreso va a ser clave en los próximos meses.
Como informó este medio, y como ya se empezó a percibir en las dos sesiones que tuvo el Congreso la semana pasada para que juren los nuevos legisladores, el Gobierno libertario arranca débil en ambas cámaras parlamentarias, con unos 40 diputados propios (se necesitan 129 para el quorum) y 7 senadores (treinta menos de lo necesario para abrir una sesión en la Cámara Alta).
En ese escenario, el que se instala como principal espacio opositor en ambas Cámaras es Unión por la Patria/Frente de Todos, con 102 diputados y 33 senadores, a menos que sufra alguna sangría en los próximos días. Ahí ya empezaron las advertencias.
“Somos el bloque más numeroso de la cámara y somos más del doble del bloque que continúa (como oficialismo). Milei tiene que buscar al 60% que no somos nosotros. Tendrá que explicar ley por ley”, advirtió Germán Martínez, jefe de la bancada de UxP en Diputados, este mismo domingo en la previa del comienzo de la Asamblea Legislativa.
Su par del Senado, José Mayans, se había encargado de enviar un mensaje similar horas antes: “Milei ganó las presidenciales, pero las parlamentarias las ganamos nosotros. En cualquier sistema parlamentario del mundo rige el sistema de mayoría y minoría. Yo no estoy de acuerdo en que la mayoría entregue la potestad a la minoría, en ninguna parte del mundo pasa eso”.
Pese al supuesto “desplante” a los legisladores, Milei dejó otros mensajes para la “clase política” que no pasaron desapercibidos en el Congreso. “No venimos a perseguir a nadie, no venimos a saldar viejas vendettas ni a discutir espacios de poder. Nuestro proyecto no es de poder, es un proyecto de país. No pedimos acompañamiento ciego, pero no vamos a tolerar que la hipocresía, la deshonestidad o la ambición de poder interfieran con el cambio que los argentinos elegimos. A todos aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse a la nueva Argentina, los recibimos con los brazos abiertos”, dijo.
“Las segundas y terceras líneas del Gobierno quedaron para el peronismo. Arrancó diciendo que la grieta la va a cerrar él. Raro. Estará discutiendo algún acuerdo legislativo… veremos”, lanzaba, a modo de sospecha, un referente macrista muy cercano al expresidente de Cambiemos, que también estuvo presente en la Asamblea y fue uno de los primeros a los que Milei se acercó a saludar luego de recibir la banda presidencial.
“Hay decisión de dar gobernabilidad, va a haber buena predisposición para trabajar las reformas, sería bueno que salgan por consenso amplio, pero siguen siendo una incógnita, el propio Milei sigue siendo una incógnita todavía”, señalaban en el ala más dialoguista del PRO, dividido por sus propias internas.
“Anuncios concretos, poco. Seguimos sin saber cuáles son leyes que va a mandar. Fue un diagnóstico renovado, renovado en el sentido de que una vez más vuelto a plantear en su discurso a la gente. Así que seguimos esperando que llegue el paquete para saber concretamente de qué se trata”, señaló, sobre el discurso presidencial, un diputado del PJ no kirchnerista, que también será clave a la hora de juntar votos en un Congreso fragmentado.