Con 58 años (cumplirá 59 el 21 de abril de 2024), Caputo volverá al edificio de la calle Hipólito Yrigoyen 250 de la Ciudad de Buenos Aires, donde estuvo desde diciembre de 2015 hasta junio de 2018, primero como secretario y luego como ministro de Finanzas, cargo que dejó para ejercer en comisión por el término de 103 días la presidencia del Banco Central.
Licenciado en Economía recibido en la Universidad de Buenos Aires y profesor de Economía y Finanzas en el Posgrado de la Universidad Católica Argentina, tuvo desempeños en la actividad privada en el JP Morgan y el Deutsche Bank, entidades en las que también estuvo quien desde este domingo estará al frente del Banco Central (BCRA), Santiago Bausili.
Junto con el nuevo titular del BCRA, Caputo deberá encarar las tareas de obtención del financiamiento necesario para «desarmar» el stock de pasivos monetarios (leliqs y pases), delinear el esquema de tasas de interés y restringir la emisión monetaria, desafío para cuya concreción aún está pendiente la designación de dos figuras centrales en el Ministerio: el secretario de Hacienda y el subsecretario de Presupuesto.
Estas dos reparticiones abordarán otro desafío como el de dilucidar la incógnita sobre cuál será el Presupuesto con el que el Gobierno se desempeñará a lo largo de 2024: el proyecto presentado por la administración saliente en septiembre aún no cuenta con el tratamiento en comisión en Diputados y no hay tiempo suficiente para sancionarlo con el trámite legislativo correspondiente, por lo que no se descarta que -como ya ocurrió en 2011 y en 2022- se prorrogue el del ejercicio anterior con sus modificaciones.
LUIS CAPUTO SERÁ EL 108° MINISTRO DE ECONOMÍA DE LA HISTORIA ARGENTINA
Desde este domingo Luis Caputo se convertirá en el centésimo octavo ministro de Economía de la historia argentina, un cargo marcado por la inestabilidad, al punto que sólo dos de todos sus predecesores consiguieron acompañar a un presidente constitucional durante un mandato completo, y hace más de 71 años que nadie alcanza ese logro.
A lo largo de 197 años, desde que Bernardino Rivadavia designó a Salvador María del Carril como el primer ministro de Hacienda de lo que aún eran las Provincias Unidas del Río de la Plata, la responsabilidad que de ahora en más le cabe a Caputo tuvo varias denominaciones y estructuras.
Hasta 1958 se lo denominó Ministerio de Hacienda y desde entonces, a partir de una reforma en la ley de Ministerios establecida por el presidente Arturo Frondizi, pasó a ser de Economía, concentrando otras áreas que hasta entonces estaban fuera de su estructura, como Comercio, Industria, Agricultura y, alternadamente, Obras y Servicios Públicos.
Pero en los 65 años transcurridos, su denominación no estuvo exenta de modificaciones y también se llamó Economía y Trabajo (con Jorge Salimei); Economía, Hacienda y Finanzas (Lorenzo Sigaut); Economía y Obras y Servicios Públicos (Domingo Cavallo); Economía y Finanzas Públicas (Axel Kicillof) y Economía y Energía (Hernán Lacunza).
Solamente dos ministros de Hacienda (así se llamaba en esa época) pudieron desempeñarse durante un mandato presidencial completo, por entonces de seis años: Domingo Salaberry, en la primera Presidencia de Hipólito Yrigoyen (1916-1922) y Ramón Cereijo, en la primera gestión de Juan Domingo Perón (1946-1952).
Un tercer caso podría sumarse a ese binomio, aunque no puede hablarse de un «mandato», ya que José Alfredo Martínez de Hoz ejerció el cargo durante una dictadura, la de Jorge Rafael Videla.
Desde el 4 de junio de 1952 ningún ministro pudo repetir esa marca, ya sea por los golpes de Estado de 1955, 1962, 1966 y 1976, fallecimientos (Eugenio Blanco en 1964, Miguel Roig en 1989, apenas a una semana de asumir y Perón en 1974), renuncias de los presidentes (Héctor Cámpora en 1973, Raúl Alfonsín en 1989 y Fernando de la Rúa en 2001) o simplemente desplazamientos por cambios en el gabinete.
De los 107 ministros que precedieron en el cargo a Caputo, solamente 22 están vivos y dentro de ese lote el decano es José María Dagnino Pastore, de 90 años, quien en 1970 secundó en la cartera de Economía al dictador Juan Carlos Onganía.
En orden de aparición, los otros 18 son Lorenzo Sigaut, Jesús Rodríguez, Domingo Cavallo (en dos ocasiones), Roque Fernández, José Luis Machinea, Ricardo López Murphy, Jorge Remes Lenicov, Roberto Lavagna, Felisa Miceli, Miguel Peirano, Martín Lousteau, Carlos Fernández, Amado Boudou, Hernán Lorenzino, Axel Kicillof, Alfonso Prat Gay, Nicolás Dujovne, Hernán Lacunza, Martín Guzmán, Silvina Batakis y Sergio Massa.
José Ber Gelbard fue el único ministro que acompañó a cuatro presidentes (Cámpora, Raúl Lastiri, Perón y María Estela Martínez), pero en ningún caso completó un mandato presidencial, ya sea por la renuncia de Cámpora, el interinato de Lastiri o la muerte de Perón, además de que en la Presidencia de «Isabelita» fue el propio Gelbard el que presentó su dimisión.
A pesar de que muchos lo intentaron infructuosamente, sólo dos ministros de Hacienda alcanzaron a ser presidentes: Victorino de la Plaza y Roberto Ortiz, mientras que otros dos (Salvador María del Carril y Amado Boudou) al menos lograron ser vicepresidentes, respectivamente de Justo José de Urquiza y Cristina Fernández de Kirchner.
Asimismo, con Bausili y las futuras autoridades de la Comisión Nacional de Valores (CNV) y la designada titular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Florencia Misrahi, el titular del Palacio de Hacienda deberá considerar la flexibilización de una serie de restricciones cambiarias conocidas popularmente como «cepo».
Proveniente del estudio Lisicki-Litvin, Misrahi se especializa en agronegocios, luego de su paso por la multinacional Cargill.
Caputo también deberá trabajar de forma coordinada con su par de Infraestructura, Guillermo Ferraro, para resolver el peso fiscal de los subsidios a los sectores en Transporte, aunque el viernes consiguió que se transfiera a su órbita las áreas de Energía (a cargo de Horacio Rodríguez Chirillo) y Minería (donde se confirmó a la actual responsable de Energía, Flavia Royon).
Esos pases cobran importancia tanto por su gravitación económica (litio, hidrocarburos no convencionales y desarrollo de energías renovables) como por su aporte a la transición energética y el cumplimiento de acuerdos internacionales de mitigación del cambio climático, pero en el caso de la Energía también incide el peso de los subsidios a la electricidad y el gas en el resultado fiscal.
Milei adelantó que la Secretaría de Comercio -donde podría designarse a Pablo Lavigne– tendrá un rol diferente al de los últimos años y se abocará a la desregulación de normas, controles y precios administrados, lo que hace prever la finalización de programas como Precios Cuidados o Ahora 12.
Otro puesto a confirmar es el de Ingresos Públicos -no se definió si con rango de Secretaría o Subsecretaría-, que tendrá la tarea de encarar la simplificación de la estructura tributaria, junto con el Ministerio del Interior para coordinar ese trabajo con las provincias, donde podrá cobrar relevancia la Comisión Federal de Impuestos (CFI).
Del mismo modo no se conocen aún precisiones en torno del área de Economía del Conocimiento, uno de los sectores más dinámicos de los últimos años.
Del equipo de funcionarios que secundará a Caputo, hasta el momento se cuenta con la confirmación de Joaquín Cottani, quien se desempeñó como secretario de Finanzas en la primera gestión de Domingo Cavallo como ministro de Economía y probablemente ocupe la Secretaría de Política Económica, que en los hechos oficia de Viceministerio.
Paradójicamente, un ya confirmado por la Oficina del Presidente Electo dejará de pertenecer a la órbita de Economía: Marco Lavagna, ratificado al frente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) que pasará a contar con «autonomía y autarquía» por fuera del Palacio de Hacienda, tal como ocurriera entre 1968 y 1991.
Fernando Vilella, exdecano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, será el secretario de Bioeconomía, tal la nueva denominación de lo que hasta hoy es la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
El nuevo secretario es el único que presentó su equipo de colaboradores, integrados por Pedro Vigneau y Germán Paats en la Jefatura de Gabinete, Agustín Tejeda (exjefe del Departamento de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales) como subsecretario de Mercados Agropecuarios, y Pablo Nardone al frente de la Subsecretaría de Bioeconomía e Innovación.
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En el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) estarán Juan Cruz Molina y María Beatriz «Pilu» Giraudo, y en el Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria), Pablo Cortese y Sergio Roberts, como presidentes y vicepresidentes, en tanto Julián Echezarreta comandará una unidad de Desregulación.
Daniel Tillard, proveniente del Banco de Córdoba, será el nuevo presidente del Banco de la Nación Argentina, acompañado por Darío Wasserman en la Vicepresidencia.
A la espera de su confirmación, Juan Pazo cuenta con altas probabilidades de ser el jefe de Gabinete del Ministerio.
Por último, restan definiciones sobre la Secretaría de Industria y algunos organismos descentralizados, así como el destino de una veintena de fondos fiduciarios.
SANTIAGO BAUSILI, EL «ALTER EGO» DE CAPUTO QUE PRESIDIRÁ EL BANCO CENTRAL
Santiago Bausili será desde este domingo el presidente del Banco Central, desde donde se abocará a la tarea de ponerle fin a un déficit cuasifical de más de billones, recomponer el nivel de las reservas internacionales, arreglar los pagos atrasados a los importadores, frenar la emisión monetaria y atenuar la aceleración de la inflación.
Difícilmente pueda encontrarse entre los economistas a alguien que muestre tantas coincidencias con el futuro ministro de Economía, Luis Caputo: al igual que él, Bausili es egresado del Colegio Cardenal Newman y se desempeñó profesionalmente en el JP Morgan y el Deutsche Bank, además de secundarlo en la función pública entre 2015 y 2018, primero como subsecretario y luego como secretario de Finanzas.
El jueves 7 de diciembre, Bausili tuvo una reunión con el presidente saliente del BCRA, Miguel Pesce, quien le brindó «información sobre la coyuntura monetaria, cambiaria y financiera», en el marco de las tareas de transición, de acuerdo con lo consignado en un comunicado oficial.
Además de Bausili, la nueva conducción del Banco Central requerirá la conformación de un nuevo Directorio, compuesto por dos vicepresidentes y seis directores, además de un gerente general y once subgerentes.
Si continúa el calendario habitual de actividades, el Directorio debería celebrar su primera reunión el jueves 14 de diciembre, 24 horas después de que el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) de a conocer la inflación de noviembre.
En esos encuentros generalmente se decide la continuidad o el cambio de la Tasa de Política Monetaria, en base a la que se fijan los intereses de los plazos fijos y, además, la de los pasivos remunerados.
Al respecto, a partir del martes 21 de noviembre -primera licitación después del balotaje que consagró a Javier Milei como presidente- comenzó a operar un cambio en la composición de esos pasivos, ya que el stock de pases (instrumentos a 24 horas) superó al de letras de liquidez (lelis, a 28 días).
De acuerdo con un informe de la consultora Quantum Finanzas, del 18 de agosto al 30 de noviembre, el stock de pasivos remunerados tuvo un incremento nominal del 14,9%, lo que representó una caída en términos reales del 20,5%, pero en ese lapso la proporción de pases se elevó del 29,7% al 65,8%, lo que implica a su vez un cambio en el perfil de vencimientos.
Esa realidad es la que llevará a Bausili y Caputo a intensificar gestiones para conseguir el financiamiento necesario para ponerle fin a lo que en el mercado financiero suele denominarse la «bomba» del déficit cuasifical.
La recomposición del nivel de reservas internacionales es otro de los desafíos de la autoridad monetaria: distintas evaluaciones fijan el monto negativo de reservas líquidas en torno de los US$ 12.000 millones, en tanto los informes oficiales del Banco Central dan cuenta de una caída de las reservas brutas de US$ 23.253 millones en lo que va de 2023, es decir una merma del 52,1% respecto de los US$ 44.598 con los que cerró el año pasado.
Por otra parte, Bausili comienza su gestión con el reclamo de sectores industriales por las demoras en el pago de la importación de insumos: en su última encuesta, la Unión Industrial Argentina aseguró, en base al relevamiento de pasivos externos dado a conocer por el BCRA, que «la deuda comercial por importación de bienes y servicios aumentó US$ 17.430 millones entre diciembre de 2021 y junio de 2023 y se estima que habría aumentado US$ 31.150 millones en total de acuerdo con estimaciones hasta el mes de octubre».