Después de una primera fase de ofensiva centrada en el norte de la Franja, el Ejército israelí expandió sus operaciones hasta el sur, donde se refugian casi dos millones de civiles desplazados, atrapados en un territorio cada vez más exiguo.
Los soldados israelíes combaten contra los milicianos islamistas en Khan Yunis, la ciudad más importante del sur de la Franja, pero también en el norte, en la ciudad de Gaza y en el sector vecino de Jabaliya.
A dos meses exactos de los ataques de Hamas, que dejaron 1.200 muertos, el balance de la ofensiva israelí llegó a casi 17.500 fallecidos, un 70% de ellos mujeres y menores de 18 años, según el Ministerio de Salud de Hamas, que gobierna la Franja de Gaza.
Israel prometió desmantelar a Hamas por sus ataques de octubre y liberar a decenas de rehenes que el grupo se llevó a Gaza, incluyendo a una veintena de argentinos.
La situación en Israel
Traumatizado por el ataque del 7 de octubre y en medio de las hostilidades de la guerra, Israel comenzó a celebrar el jueves la fiesta judía del Janucá.
En Tel Aviv, familias y amigos de los rehenes tomados por Hamas alumbraron velas en un candelabro gigante con 138 brazos en recuerdo del número de personas todavía cautivas en Gaza tras la liberación de 80 de ellos durante una tregua en la última semana de noviembre.
La situación en la Franja de Gaza
Además de los bombardeos y la operación terrestre, Israel impone desde el 9 de octubre un asedio total en la Franja de Gaza, que provoca grave escasez de agua, comida, medicamentos y electricidad.
«El orden civil se está desmoronando en Gaza: las calles parecen salvajes, sobre todo al anochecer, algunos convoyes de ayuda están siendo saqueados y vehículos de la ONU apedreados. La sociedad está al borde del colapso total», alertó el director de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (Unrwa), Philippe Lazzarini, en la red social X.
También el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que el sistema de salud está «de rodillas» en Gaza, con la mayoría de hospitales del norte inoperativos y los del sur desbordados con miles de heridos que atender.
El combustible, necesario para el funcionamiento de los generadores de los hospitales y de los equipos de desalinización del agua, también es escaso.
El gobierno israelí autorizó esta semana la entrega de un «suplemento mínimo» de combustible para evitar un «colapso humanitario» y epidemias en la Franja de Gaza.
Según la ONU, 1,9 millones de personas (un 80% de la población de Gaza) se vieron desplazadas por la guerra, que destruyó o dañó más de la mitad de las casas del territorio.
Cisjordania
En Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel desde 1967, la Autoridad Nacional Palestina indicó que las fuerzas israelíes mataron a tiros a seis personas en un campo de refugiados, pero el ejército israelí no comentó por el momento lo sucedido.
Un cuadro similar de gravedad fue el que esbozó el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ante el Consejo de Seguridad, cuando defendió su inusual decisión de invocar el artículo 99 de la Carta de la ONU para impulsar un alto el fuego para Gaza a título personal.
El tratamiento en la ONU
La resolución que pedía el cese del fuego, redactada por Emiratos Árabes Unidos y que contaba con el apoyo de 100 países, tuvo 13 votos a favor y el voto en contra de Estados Unidos, que tiene derecho a veto por ser miembro permanente del Consejo, mientras que Reino Unido se abstuvo.
Durante el debate en el máximo órgano de la ONU, el representante adjunto de Estados Unidos, Robert Wood, había dicho que se oponía al alto el fuego porque “terminaría con la guerra hoy, pero el conflicto continuaría para siempre».
«Aunque Estados Unidos apoya una paz duradera, no respaldaremos una llamada al alto el fuego inmediato porque Hamas no está buscando ni una paz duradera ni una solución de dos estados», indicó Wood, que dejó en claro que su postura «no cambia la noción estadounidense de que la forma en que Israel se defiende es importante, y debe respetar el derecho internacional y minimizar el daño a los civiles».
Guterres, por su parte, había advertido que las agencias de la ONU ya no pueden cumplir con su mandato humanitario en el enclave por la enorme violencia reinante.
«Condeno sin reservas» los ataques de Hamas del 7 de octubre, pero «la violencia perpetrada por Hamas no puede justificar en ningún caso el castigo colectivo del pueblo palestino», declaró.
«Si bien el lanzamiento indiscriminado de cohetes hacia Israel por parte de Hamas y el uso de civiles como escudos humanos son violaciones de las leyes de la guerra, ese comportamiento no absuelve a Israel de sus propias violaciones», insistió, describiendo una vez más una situación humanitaria «en el punto límite» en la Franja de Gaza.
«El mundo y la Historia nos están mirando. Es hora de actuar», añadió ante los miembros del Consejo, a los que les pidió que «presionen por un alto el fuego humanitario inmediato».
Tras recordar que el Consejo de Seguridad pidió en la Resolución 2712 «aumentar el suministro para satisfacer las necesidades humanitarias de la población civil, especialmente los niños», Guterres lamentó que «en las condiciones actuales sobre el terreno, el cumplimiento de este mandato se ha vuelto imposible».
La decisión de Guterres de invocar el artículo 99 de la Carta de Naciones Unidas para pedir el alto el fuego, una medida excepcional, fue cuestionada por el embajador de Israel ante la ONU, Gilad Erdan, que ironizó acerca de que ese paso no se aplicó en otros conflictos como Ucrania y Yemen.
«El artículo 99 nunca fue invocado ni para Ucrania, ni para Yemen, ni para Siria, pero resulta que la guerra defensiva de Israel ha terminado siendo el catalizador de su invocación, cuando la ironía es que solo podemos alcanzar paz y seguridad una vez Hamas sea eliminado», remarcó Erdan, según la agencia Europa Press.
Para el diplomático, «el único camino a la paz es apoyar la misión de Israel, no pedir un alto el fuego».
«¿No es la guerra en Ucrania acaso una amenaza para la seguridad internacional, o los niños asfixiados en Siria, o los miles de niños yemeníes muertos en la guerra?», se preguntó Erdan, que expresó que «había un alto el fuego en vigor el 6 de octubre, uno que Hamas rompió el 7 de octubre, con una masacre nunca vista desde el Holocausto».
Del otro lado, el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, clamó: «El tiempo de la valentía ha llegado; deben actuar ahora».
Desde Washington, en tanto, los ministros de Asuntos Exteriores de varios países árabes pidieron el fin «inmediato» de la guerra en la Franja de Gaza.
«Nuestro mensaje es que creemos que es absolutamente necesario poner fin a los combates de inmediato», dijo el ministro de Asuntos Exteriores saudita, el príncipe Faisal bin Farhan, en nombre del grupo, que le reclamó al Consejo de Seguridad una resolución sobre un alto el fuego humanitario en Gaza.