Damion Johnson, un cuidador británico de 52 años, fue condenado a dos años de cárcel por congelar el cuerpo de un paciente durante dos años. A su familia, le dijo que “había muerto en el hospital y que se había celebrado el funeral sin dar aviso”.
Los restos de John Wainwright, la víctima, no se descubrieron hasta agosto de 2020, cuando el congelador fue llevado hasta un centro de reciclaje y los empleados encontraron el cuerpo.
Las sospechas por las circunstancias de la muerte del hombre de 71 años comenzaron a circular por varias razones: en principio, Johnson no había informado a las autoridades sobre el fallecimiento ni obtuvo un certificado de defunción. Además, se descubrió que estaba cobrando una pensión de Wainwright y que había estado usando sus tarjetas para ir de compras y retirar plata.
Durante dos años, el cuidador mantuvo el cuerpo en un freezer, mientras seguía viviendo en la misma casa que su paciente. Sin embargo, en 2019 fue detenido por otras razones y abandonó el departamento.
Un año más tarde, un vecino denunció “un olor horrible” que provenía de la propiedad. A pesar de ello, recién cuando una empresa de mudanzas se llevó el congelador hasta un centro de reciclaje se descubrió la escalofriante verdad. Al principio, pensaban que en su interior había comida en descomposición, pero cuando lo abrieron, se dieron cuenta de que estaba el cuerpo de Wainwright envuelto en una bolsa.
Johnson fue detenido y sometido a juicio. En el tribunal, explicó que no había denunciado la muerte porque “no estaba listo para decir adiós” y porque “estaba abrumado por el dolor”. Además, le dijo a los investigadores que lo conocía hacía 27 años y que tenían una relación de padre-hijo.
Por otra parte, de acuerdo al testimonio de familiares y amigos de la víctima, se supo que aparentemente Wainwright y su enfermero tenían una relación amorosa. “Hasta donde yo sé, Damion y John salieron durante 25 años y habían estado viviendo juntos en Birmingham. Damion me dijo que tenían una cuenta bancaria conjunta. Nunca me dijo que estaba muerto. No lo supe hasta que todo llegó a los tribunales”, contó uno de los amigos de John.
Si bien Johnson fue declarado culpable por impedir el entierro legal de un cadáver y por tres cargos de fraude, su abogado pidió una compensación ya que “lo estuvo cuidando durante los últimos dos años”.
El insólito pedido fue negado por el juez ya que los resultados de la autopsia revelaron que Wainwright había sufrido fracturas en el cuello y le faltaban cinco dientes, lo cual podrían ser signos de “un traumatismo contundente en la boca”. Pese a ello, no se pudo comprobar si se trataba de un homicidio porque “no se puede excluir una enfermedad natural significativa” debido a la descomposición del cuerpo.