La situación es acuciante. Hasta abril, que es cuando el nuevo gobierno podría comenzar exhibir el avance de sus medidas, se necesitan USD 10.000 millones, solo para cubrir servicios y vencimientos de deuda con el FMI, otros organismos multilaterales, bonistas privados y compromisos de las provincias, según los números del Palacio de Hacienda. Si los dólares frescos no aparecen, Argentina caería en default los primeros meses del año.
El crédito externo y nuevos desembolsos del FMI, sujetos al avance concreto del ajuste fiscal, no están disponibles en el corto plazo. Tal como contó LPO la recepción que tuvo en Washington la nueva orientación del futuro gobierno argentino no es suficiente para destrabar el financiamiento.
«Si bien los bancos extranjeros como JP Morgan, Goldman Sachs y Mellon están oliendo sangre como tiburones por las comisiones que cobrarían si cierran prestamos a la Argentina, los inversores piden primero ver para creer», afirmó a LPO un operador financiero desde Wall Street que agregó que «ante una situación de cesación de pagos, la chance de conseguir financiamiento es cero».
Lo cierto es que en el corazón financiero de Nueva York lo único que despierta cierto apetito son los activos de la Anses y las acciones de YPF, que como anticipó en exclusiva LPO, el designado ministro «Toto» Caputo pretende ofrecer como garantías de préstamos.
«Se habla de un crédito puente por USD 3.000 millones poniendo ambas como garantía», indicó a LPO la misma fuente. El problema es que se trata de una operación que requiere la aprobación del Congreso, donde Milei está lejísimos de la mayoría, con apenas 37 diputados propios.
Sin muchas fuentes de donde obtener las divisas, ahora el equipo del libertario apuesta a conseguir USD 5.000 millones de los agroexportadores con la liquidación de USD 2500 millones por trigo y otros USD 2500 millones por prefinanciación de cereales.
Sin embargo, el optimismo libertario parece excesivo: «No existen USD 5.000 millones de dólares en la campaña fina que se viene ni en el stock remanente de granos. No hubo conversaciones ni tampoco compromisos con el gobierno entrante», afirmaron a LPO desde la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA).