Un nuevo sospechoso de 62 años quedó detenido acusado de ser el autor material del crimen de Beatriz Irma Zaramatti, la madre de un concejal del partido bonaerense de La Costa asesinada en marzo pasado en la ciudad de Mar de Ajó, luego de que una pericia genética revelara que dejó su ADN en el arma homicida, una plancha de hierro para hacer bifes, informaron fuentes judiciales.
Se trata de Jorge Walter Lasso Cicione (62), de nacionalidad uruguaya, quien fue detenido el sábado pasado como presunto autor del homicidio de la madre del concejal Sergio Omar Santana (53).
Lasso fue detenido en el mismo complejo de dúplex que administraba como propietaria la víctima y donde fue asesinada, ya que era inquilino de Zaramatti.
La detención de Lasso hizo que el primer apresado por el caso, el albañil Luis Alberto Almeida (39), otro inquilino del mismo complejo, fuera liberado por «falta de mérito», aunque no quedó desvinculado de la causa y seguirá sujeto a la investigación, según aclararon fuentes judiciales.
El fiscal a cargo de la investigación, Martín Prieto, titular de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 2 de La Costa, dejó detenido a Lasso por los delitos de «homicidio agravado criminis causa» (matar para ocultar otro delito y lograra la impunidad) y «robo agravado por el uso de arma impropia».
Giro en la investigación
La clave del giro que se produjo en la causa estuvo en los resultados de los estudios de ADN pedidos por el fiscal Prieto y realizados por los expertos del Instituto de Investigación Criminal y Ciencias Forenses de Junín, uno de los laboratorios periciales que dependen de la Procuración General del Ministerio Público Fiscal bonaerense.
Entre todas las evidencias levantadas en la escena del crimen, estaba la plancha churrasquera circular de hierro, de 28 centímetros de diámetro y mango de madera que, según los forenses que hicieron la autopsia, fue empleada para asesinar a Zaramatti de un golpe letal aplicado sobre su parietal derecho, a unos dos centímetros por encima de la oreja, que además le dejó marcada en la piel la impronta de uno de sus perfiles.
«En la unión del mango de madera y la parte de metálica de la bífera, los peritos hallaron lo que se denomina un ADN de contacto. Ese patrón masculino fue cotejado con el perfil genético del primer imputado y con el de otros allegados y sospechosos y dio positivo con Lasso, lo que lo incrimina como autor del homicidio», explicó a Télam una fuente judicial.
El resultado llegó a la fiscalía el viernes pasado, por lo que, al día siguiente, por pedido del fiscal Prieto y con orden del Juzgado de Garantías actuante, se ordenó la detención de Lasso.
El sospechoso fue apresado por detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Dolores y de la Sub DDI de La Costa en un domicilio de la calle La Margarita 525 de la localidad de Mar de Ajó.
Los pesquisas tienen acreditado que Lasso solía concurrir al bingo de su ciudad y ahora se investiga si tiene algún problema de ludopatía que pudiera tener relación con el móvil del crimen, ya que el asesino de Zaramatti se llevó entre 250 mil pesos y 1.000 dólares que ella guardaba en un placard.
En el allanamiento donde fue detenido, al imputado se le secuestró un teléfono celular marca Samsung modelo Galaxy J7, que ahora está siendo peritado.
Al ser indagado, Lasso hizo uso de su derecho y se negó a declarar ante el fiscal Prieto.
Almeida, el primer imputado, ahora liberado con falta de mérito, había sido detenido a partir de una serie de videos de cámaras de seguridad en los que se lo veía ingresar y salir del lugar del crimen en reiteradas oportunidades, y por ese motivo, fuentes judiciales indicaron a Télam que «se lo va a seguir investigando».
«No descartamos que haya actuado como cómplice. Estamos investigando si tenía vínculos con Lasso», aclaró el mismo informante.
El crimen de Beatriz Irma Zaramatti
El cadáver de Zaramatti (78), profesora de educación física jubilada, fue hallado el 27 de marzo último, a las 17.30, en una de las unidades de un complejo de dúplex ubicadas en la calle Blanco Encalada 1047, en Mar de Ajó, de los que era propietaria, que administraba y donde vivía sola.
El crimen fue descubierto por su propio hijo, el concejal Santana, vicepresidente primero del Concejo Deliberante del Partido de la Costa, quien estaba preocupado porque no le contestaba los mensajes, según declaró en la causa.
La mujer fue hallada tendida en el piso de la cocina y se presume que estaba preparando la cena cuando fue atacada, ya que una de las hornallas estaba encendida, y sobre la cocina, a un costado, había una olla con agua.
Según la autopsia, murió a causa de un traumatismo de cráneo que es compatible con haber sido provocado de un golpe sobre el parietal derecho con la plancha bifera incautada en el lugar de los hechos.
Según la estimación forense de la data de muerte, Zaramatti fue asesinada entre las 20 y las 23 del domingo día anterior.
Desde el principio de la investigación, la principal hipótesis apuntó a un homicidio vinculado con un robo, porque en la vivienda faltaba dinero en una caja donde ella solía guardarlo y anotaba lo que ponía o sacaba.
Además, se estableció que, más allá de una silla caída, no se halló nada revuelto, y que el asesino ingresó «sin forzar nada», lo que hace presumir a los investigadores que la víctima conocía a su agresor y le permitió el acceso a la casa.
En la casa fueron encontrados tanto el celular de la víctima como cadenitas de plata, que no fueron robadas pese a estar a la vista.