El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, pareció insinuar este domingo que su par francés, Emmanuel Macron, será responsable si la Unión Europea (UE) y el Mercosur no pueden cerrar su acuerdo de libre comercio, luego de que el líder europeo afirmara que se opone al pacto.
Lula dijo a periodistas en Dubai que este sábado se reunió con Macron allí al margen de la conferencia de cambio climático COP28 porque conocía los reparos del presidente francés al acuerdo y quería convencerlo de cambiar de postura.
Luego de la reunión, Macron, cuyo país fue siempre el más reacio al acuerdo de la UE, dijo a periodistas que estaba en contra del acuerdo porque no era bueno para nadie, se negoció hace mucho tiempo y «no toma en cuenta la biodiversidad y el clima» y solo desmantela aranceles.
Lula contó que en su reunión con Macron le pidió que «abriera el corazón» y pensara que los países de América del Sur y el Mercosur son «países pobres, países pequeños».
«Bueno, no pensó», declaró Lula sobre Macron.
«Si no tuviéramos acuerdo, paciencia. No es por falta de voluntad. Lo único que tiene que quedar claro es que no digan más que es por culpa de Brasil o por culpa de América del Sur», señaló.
«Si no hay acuerdo, por lo menos va a ser evidente de quién es la culpa», insistió.
El acuerdo entre la UE y el Mercosur, el bloque que integran Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, fue sellado en 2019 tras 20 años de arduas negociaciones.
Sin embargo, no fue ratificado debido a las preocupaciones del bloque europeo sobre las políticas ambientales, especialmente de Brasil durante la presidencia de Jair Bolsonaro, que impulsó la deforestación de la Amazonia para favorecer al agronegocio.
«Asuman la responsabilidad de que los países ricos no quieren hacer un acuerdo por la perspectiva de tener que hacer concesiones, ¿entienden?…y siempre ganar más»Lula Da Silva
En marzo, la UE presentó un instrumento adicional al Mercosur en el que incorporó una serie de exigencias ambientales que podrían perjudicar la exportación de determinados productos de la región, por lo que se encontró con la resistencia de algunos países.
Este punto fue considerado por Lula, cuyo país ejerce la presidencia temporal del Mercosur hasta el 7 de diciembre, como una «amenaza», pese a manifestar su intención de cerrar el pacto.
El Mercosur, por su parte, entregó su contraoferta formal a principios de septiembre, tras lo cual la UE dijo que sigue empeñada en cerrar un acuerdo comercial.
Cuáles son los temores de Francia
En Francia, en particular, el acuerdo genera fuertes reticencias en el poderoso sector agrícola, que teme que el Gobierno tenga que rebajar o eliminar subsidios a sus exportaciones, para evitar una competencia desleal con las exportaciones del Mercosur.
Macron anunció este sábado que en marzo viajará a Brasil para discutir la cuestión y prodigó elogios a Lula de «visionario» y «valiente» por su política ambiental, pero el presidente brasileño estuvo lejos de mostrarse impresionado.
«Asuman la responsabilidad de que los países ricos no quieren hacer un acuerdo por la perspectiva de tener que hacer concesiones, ¿entienden?…y siempre ganar más», dijo.
«Nosotros no estamos colonizados. Somos independientes. Solo queremos ser tratados con el respeto de países independientes que tienen cosas para vender, y las cosas que tenemos para vender tienen precio. Lo que nosotros queremos es un cierto equilibrio», agregó.
Lula dijo que el tema será discutido por los líderes del Mercosur en una cumbre el 7 de diciembre en Río de Janeiro.
En esa cumbre, Brasil le entregará la presidencia rotativa del bloque a Paraguay, un país que manifestó que las negociaciones con el bloque europeo no serán prioridad durante su mandato.
Antes de regresar a Brasil, Lula tiene previsto visitar Alemania, la primera economía de la UE, cuyo Gobierno y empresariado, a diferencia de Francia, se han manifestado a favor de un pronto cierre del acuerdo con el Mercosur.
EMPRESARIADO ALEMÁN PIDE AVANCES EN EL ACUERDO CON MERCOSUR, A PESAR DE OPOSICIÓN DE MACRON
El empresariado alemán urgió este domingo a una rápida puesta en vigor del acuerdo de libre comercio entre la comunidad económica sudamericana Mercosur y la Unión Europea (UE), antes de que el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, llegase a Alemania y en medio de tensiones con Francia por la oposición del presidente Emmanuel Macron al acuerdo.
El presidente de la Iniciativa Latinoamericana de la Empresa Alemana (LAI), Ingo Kramer, dijo en Berlín que muchas empresas esperaban que las reuniones que Lula tiene previsto celebrar con autoridades alemanas llegasen a una «conclusión positiva» para el acuerdo.
«Muchas empresas esperan que la reunión entre los dos jefes de Estado y de Gobierno y sus ministros de Economía lleve pronto a una conclusión positiva las negociaciones finales sobre el acuerdo UE-Mercosur», dijo Kramer, informó la agencia de noticias alemana DPA.
«Necesitamos el acuerdo antes de finales de año. De lo contrario, corremos el riesgo de que se convierta en una historia interminable», advirtió, en vísperas del previsto Foro Económico Germano-Brasileño en Berlín, que contará con la presencia del presidente brasileño y del jefe del Gobierno alemán, canciller Olaf Scholz.
La UE lleva años en conversaciones con Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, y en 2019, luego de 20 años de arduas negociaciones, llegaron a un acuerdo.
Sin embargo, la ratificación de ese acuerdo se demoró debido a preocupaciones del bloque europeo sobre las políticas ambientales de los países del Mercosur, en particular durante el gobierno del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
En marzo, la UE presentó un instrumento adicional al Mercosur en el que incorporó una serie de exigencias ambientales adicionales que podrían perjudicar la exportación de determinados productos de la región, por lo que se encontró con la resistencia de algunos países.
Lula dijo que las nuevas exigencias europeas eran una «amenaza», pese a manifestar su intención de cerrar el pacto.
Luego de reunirse ayer con Lula en Dubai al margen de la conferencia sobre cambio climático COP28, Macron declaró que estaba «en contra» de cerrar el acuerdo porque, según él, «no toma en cuenta la biodiversidad y el clima» y se reduce a un acuerdo «mal remendado» que «desmantela los aranceles» como se hacía antes.
“Estoy en contra del acuerdo Mercosur-UE, porque creo que es completamente contradictorio con lo que él (Lula) está haciendo en Brasil y lo que estamos haciendo nosotros, porque es un acuerdo que se negoció hace 20 años, y que intentamos remendar, pero está mal hecho”, subrayó.
El presidente francés pidió que el acuerdo recompensara «a Brasil por su política forestal».
El Mercosur, por su parte, entregó su contraoferta formal a principios de septiembre, tras lo cual la UE dijo que sigue empeñada en cerrar un acuerdo comercial.
La Cámara Alemana de Industria y Comercio de Alemania (DIHK, por sus siglas en alemán) también pidió cerrar pronto el acuerdo.
Según Volker Treier, responsable de Comercio Exterior de la DIHK, una rápida conclusión del acuerdo enviaría una clara señal en favor de la economía alemana.
«El acuerdo no solo abre nuevas oportunidades de mercado para las empresas alemanas en un importante ámbito económico, sino que también ofrece nuevas e importantes oportunidades para la diversificación de la cadena de suministro y el abastecimiento de materias primas».
El Partido Los Verdes, uno de los partidos de la coalición que lidera Scholz, abogó en un reciente congreso por renegociar el acuerdo con Mercosur para poner fin a la «extracción intensiva de materias primas en el sur global para su consumo en el norte global».
Sin embargo, la coalición de gobierno de Scholz dejó claro días atrás en el Parlamento alemán que apoya el acuerdo comercial previsto.
Según la Cámara de Industria y Comercio alemana, las empresas alemanas están representadas en los países del Mercosur desde hace más de 100 años con el apoyo de las cámaras alemanas en el extranjero.
De acuerdo con sus datos, 12.500 empresas exportan a los países del Mercosur.
La asociación de fabricantes alemanes de maquinaria e instalaciones industriales VDMA también instó a que se cierre ya el acuerdo de libre comercio.
«Alemania y la UE tienen mucho que hacer en materia de cooperación con Brasil», declaró Ulrich Ackermann, responsable de Comercio Exterior de la VDMA.
«Hasta ahora, el país se ha integrado muy poco en la cadena de valor internacional, y el acceso al mercado de la UE también es limitado».
Según sus palabras, las elevadas barreras aduaneras y los obstáculos técnicos al comercio hacen que la exportación europea de máquinas y sistemas sea compleja y costosa.
«Además, competimos con China y Estados Unidos por el acceso al mercado brasileño», afirmó Ackermann.
Según la VDMA, en 2022 se entregaron a los países del Mercosur máquinas y sistemas por valor de 29.000 millones de euros (3.100 millones de dólares), lo que supone un aumento del 26% en comparación con el año anterior.
Casi el 30% de todas las importaciones de maquinaria procedieron de China, que casi ha duplicado su cuota en los últimos diez años.
Estados Unidos ocupó el segundo lugar, con una cuota del 14%, seguido de Alemania, con el 10%.