Mientras Javier Milei termina de definir su gabinete, en sintonía con la alianza que selló con Mauricio Macri y Patricia Bullrich, el peronismo busca definir con qué dirigentes liderará la oposición a partir del 10 de diciembre.
Para algunos, Axel Kicillof es el líder natural luego de haber logrado su reelección como gobernador de Buenos Aires -la provincia con mayor cantidad de electores del país- con más del 45% de los votos y casi 20 puntos de diferencia con Néstor Grindetti, candidato de Juntos por el Cambio, que quedó en segundo lugar.
Para revalidar su triunfo, el mandatario bonaerense se puso al frente de la batalla por la coparticipación, que La Libertad Avanza propuso eliminar y que, de lograrlo, volvería inviable a la mayoría de las provincias.
Sin embargo, hay quienes ponen en duda que el liderazgo del bonaerense represente a todos los sectores del PJ, entre ellos, Alberto Fernández. Aislado desde hace más de un año, señalado por el ala dura k como el responsable de las derrotas, y en retirada, el Presidente le bajó el pulgar a Kicillof e impulsó nombres de su círculo cercano, como la cuestionada ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, o el gobernador de Chaco, Jorge Capitanich, que no logró su reelección.
La interna bonaerense con Máximo Kirchner y La Cámpora también presiona en su contra. Al igual que la postura que adoptará la CGT, a la que se le abrirán varios frentes, como la reforma laboral, más allá de quién liderará el PJ.
El peronismo se prepara para ser oposición
Las elecciones en el PJ serán a mediados de 2024, pero los principales referentes de la oposición deberán empezar a tomar posiciones desde el primer día del mandato de Milei, como contrapeso responsable, garantizando gobernabilidad, o como resistencia a todas las propuestas que impulse el nuevo gobierno.
En alianza con Milei, Juntos por el Cambio le cedió al peronismo el rol de principal fuerza de la oposición, que se verá obligado a rearmarse para disputar cada espacio y lo que considera cada conquista de sus gobiernos.
“Tenemos que acompañar; dialogar con el gobierno que ha sido electo, y esperar tranquilos; conversar; hacer una autocrítica de lo que hicimos bien, de lo que hicimos mal, dónde hicimos bien las cosas, dónde las hicimos mal y, a partir de ahí, despacio, con mucha prudencia, pasando la mitad de este año, tener una reunión del congreso peronista y rediscutir algunas cosas”, dijo el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, en NetTV.
El planteo es esperar a ver cuál de todas las propuestas de LLA toman fuerza, evaluar el impacto y la correlación de fuerzas para definir si acompañar, mantenerse al margen o salir a dar la pelea en contra.
Para llevar al frente ese proceso, algunos ponderan el liderazgo que asumió Sergio Massa en la campaña y sostienen que fue el mejor candidato presidencial del peronismo, aun cuando perdió en el mano a mano con Milei.
“Sin Massa no entrábamos al balotaje, y en primera vuelta ganaban Milei o (Patricia) Bullrich. Sergio es una persona preparada, Axel también está muy preparado, creo que el peronismo tiene una nueva generación; (Eduardo) Wado (de Pedro), hay muchos gobernadores que somos de una nueva generación y que vamos a ser una opción también para las próximas elecciones”, sostuvo Jalil.
En alerta por la coparticipación y los ATN
Una de las mayores preocupaciones de los gobernadores que iniciarán su mandato el mismo día que Milei es cómo sostendrán las cuentas provinciales a raya si LLA toca los recursos que el Tesoro nacional les gira.
“La provincia de Buenos Aires es la más perjudicada en materia de coparticipación: aporta cerca del 40% de los fondos y recibe apenas un 22%. En proporción a la cantidad de habitantes, somos la jurisdicción que menos gasta y que menos empleados públicos tiene. Vamos a seguir peleando por los recursos de la provincia porque son fundamentales para afrontar todo lo que falta para que las y los bonaerenses vivan mejor”, planteó este domingo Kicillof.
Embanderado bajo la premisa de defender la coparticipación, el mandatario bonaerense busca ponerse al frente de los reclamos y esgrimirse como el líder natural del peronismo. Sin embargo, la misma pelea por esos recursos puede terminar tensando el vínculo con otros gobernadores que son beneficiados por la ecuación de recibir mayor proporción de recursos coparticipables en relación con su población y su aporte de riquezas.
La queja y la preocupación es reiterada. De hecho, congregó a los mandatarios peronistas en una reunión pocos días después del triunfo libertario, pero también los radicales le pidieron a Massa que les garantice los fondos para hacer frente de salarios y aguinaldo, hasta que termine su gestión al frente del Ministerio de Economía y también se mostraron preocupados por los recursos.
“No hay plata”, es la constante que se escucha entre los principales asesores de Milei y que pone en alerta a los principales referentes del peronismo, que miran a Buenos Aires y varias provincias del norte, como el espacio de la resistencia y el trampolín cuando el poder vuelva a ponerse bajo disputa.